A la honra y el vidrio, les basta con un golpecito
La buen opinión y fama adquiridas en el tiempo debidas a la virtud y el mérito, como nos dice el diccionario de la RAE se pueden ir al traste en un segundo, cargándose así el derecho de todo hombre a la buena fama.
Por eso se debe cuidar la lengua, lo dicho sin pensar sobre el prójimo. Una vez suelta la liebre resulta difícil cogerla otra vez.
A todas luces, sería mucho mejor contar las calamidades personales porque "no hay nada oculto que no se acabe sabiendo".
Vamos a suponer "eso", que te avergüenza con sólo pensarlo, realizado en la intimidad más estricta, pues bien "eso" se sabrá algún día por todos.
Entonces, contra mayor sea esa bajeza cometida, mayor será tu nada, y se abrirá el gran boquete sonde podrá encenderse el amor. Contra menos, más: así es la paradoja de la vida interior.
Quien mucho se cree porque abunda en perfección, está más cerca del pelagianismo que de su creador. Basta en este caso, un pequeño golpe a la estructura quebradiza de la soberbia para acabar hecho añicos.
Conviene aprender y practicar por lo tanto el silencio ante el conocimiento de las debilidades ajenas. porque podemos destruir una vida, un caso millones de veces repetido.
Convendría con urgencia evitar el chisme sin fundamento y la noticia falsa propagada por políticos y periodistas guardar por respeto al la verdad y al bien común, guardar silencio, para que se encargue Dios de revelar lo que conviene en cada momento.
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