Salir a pasear, sin tiempo que perder
Salir a pasear es un reto agradable. Es reto porque no siempre se encuentra uno con las ganas de hacerlo. Pero también resulta agradable si se realiza un ejercicio diario adecuado.
Como caso todo en la vida no siempre, llegada la hora, debido al clima, el frío y el calor, la lluvia, resulta en una invitación atractiva. Pero, al cabo de un tiempo, no faltan conocidos que, con varios encuentros casuales, acaban siendo amigos.
Al fin y al cabo, la vida se trata de ir conociendo a quienes se cruzan por el camino y quieren conversar contigo de cualquier cosa, y, con el tiempo, de asuntos vitales para cada uno de los mortales.
Porque la condición de mortales nos habla de una vida de paso, dedicada a encontrar la verdad de nuestro fin, el de cada uno, más o menos lejano --nunca se sabe--, pero fin desembocando en una gran llanura donde el tiempo se acaba y comienza esa eternidad con una suerte definitiva de acuerdo a la calidad de los amigos encontrados en el camino.
Por eso, las guerras y ataques a las personas y a su propiedad es lo peor de lo peor en la vida social. Todo se empaña y se cubre de lodo incapacitando la convivencia entre vecinos, pueblos y naciones. A la hora de poner cifras a estos encuentros destructivos recientes, en el caso de Gaza, por ejemplo, el 92% de los edificios de la ciudad habían sido destruidos. ¡El 92%!
Los hombres hemos sido creados para vivir en paz unidos con el vínculo del amor. Esta es la lección más importante a impartir durante los primero cursos de la infancia, y, luego, repetir y ejercitar estas ideas básicas que se encuentran en la conciencia de cada hombre.
Quien nos ha puesto aquí es por amor, por a sencilla razón de que eso es su esencia y aclara más el misterio trinitario. Sin otro como yo enfrente, alentados ambos por lo que son, amor puro, no se entendería nada de la creación ni del futuro de cada uno de los hombres, contemplando la vida sin fin amándose.
Y ese todo comienza aquí. Si se pierde el tiempo sin cultivar esta relación, se está echando a perder la vida, ésta y la que viene.
Sin un plan, no se llega. Falta el amor cuando se pierde el tiempo.
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