Gran victoria la que sin sangre se toma
Paz en 1979: es posible.
Se trata de la razón y la fuerza. Ganar por la fuerza implica violencia; no así ocurre con la razón.
Estamos acosados por las guerras, prácticamente en todos los continentes. Hoy nos ha pedido el papa León XIV dedicar el día 22 de agosto a interceder por la paz.
Por ejemplo, mientras el presidente ucraniano Zelensky visita a los mandatorios europeos para conseguir crédito y armas para paliar la ventaja rusa de Putin en este apartado.
La lógica de la guerra haba de destrucción. Nos lo dice la razón misma. Gana el que más arrasa, como ocurre ahora con Gaza en manos de Israel. La preocupación de Israel en este caso se debe a la gran cantidad de bienes acumulados en el tiempo, corto, frente a quienes poco les quedaba en su territorio habido durante años. Éstos ya no tienen prácticamente nada que perder. El cese de la guerra --que no la paz-- sería vivir en la miseria a expensas de las dádivas de sus correligionarios.
Para Israel, la amenaza persistiría debido a diferencias ideológicas y físicas. Luego, mejor quitar de en medio a quienes pueden ocasionar algún peligro para sus gentes.
Razones hay muchas para seguir con la contienda, pero eso no equivale a tener razón, cuando se quita la vida a los semejantes , sin importar la edad ni el dolor infligido en su entorno.
La razón nos dice que nadie puede quitar la vida a un semejante sin consideración alguna. Judíos y musulmanes son personas y nadie puede escudarse en sus diferencias.Baste el ejemplo de paz conseguida en 1979 entre Israel y Egipto depués y gracias a las conversaciones de paz de 1977 entre Aduar el Sadat y Menahen Begin en los acuerdos de Camp David.
Sin entrar en detalles de estos acuerdos, la verdad es que sirvieron para mantener la paz durante años entre el pueblo egipcio y el de los hebreos. Baste un ejemplo.
Podemos recurrir a quien es Reina de la paz: lo puede todo.
Comentarios
Publicar un comentario