La mentira, el ocultamiento y la indiferencia como monedas de cambio
Hace no mucho tiempo quedaba claro para quien se quería dedicar al trabajo en los media cual era el fin de cualquier proyecto noticioso: buscar la verdad entre las diferentes versiones ofrecidas a los profesionales tanto de la prensa, la radio o la televisión.
Ahora, según convenga, el ocultamiento, la mentira y la indiferencia son algunos de los atributos más sonados en la prensa nacional y mundial. Por supuesto, en las redes sociales, las noticias falsas se cuelan por todas partes y no hay manera para muchos de comprobar su verdad. Por una parte, la gente está acostumbrada debido a una herencia del pasado, a creer a pie juntitas lo dicho en los media. Nadie se atrevería a utilizar el prestigio del papa, por ejemplo, como un reclamo de audiencias, tal como se hace ahora. El papa ha dicho, ha firmado, ha expulsado o destituido, son algunas de las frases de apertura de las noticias, "fake news", que emborronan las primeras páginas de los noticieros.
Por lo general, los medios escritos se prestan mejor a este tipo de artilugios, no importa --al contrario-- que socaven la dignidad de la persona: Lo importante es llamar la atención por medio de un bulo gigante, de tal manera que el receptor, al ver la gravedad de la falsa noticia, no se le ocurre ni dudar siquiera de ella. Así ya han presentado como una hecho la boda de la princesa heredera de España con el príncipe de Dinamarca; y la expulsión del Vaticano a seis cardenales debido a su peculiar forma de conducirse en asuntos muy delicados.
Si esto ocurre con la vida de figuras conocidas, qué no se dirá de otras más distantes de los reflectores. Por ejemplo, todo lo relacionado con el cambio de sexo, con las relaciones privadas entre personas distinguidas, con robos, incestos, en fin con todo aquello que asombra a propios y extraños.
Peor es, cuando no se expone y se calla las intrigas de una relación social, política, que afecta la vida de los ciudadanos. Trump sería una de esas víctimas debido a su continuo hacer y deshacer las relaciones con los países con consecuencias en las inversiones, compras y ventas de asuntos y objetos de consumo diario.
En fin, la verdad se esconde, de deforma, se apaga cuando conviene a las. ventas de conciencias sin escrúpulo alguno.
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