Perro ladrador, ¿nunca buen mordedor?
Personas de mucha palabras y poca acción. Se podría tildar a quienes en las redes sociales no se cansan de publicar datos de los demás, sin realidad alguna.
Y aunque la tuviera: ¿quién eres tú para airear la vida íntima de aquellos que, en muchas ocasiones, ni siquiera conoces?
A quienes se dedican al cotilleo profesionalmente en los media, se les cambia incluso el semblante cuando, aguerridos, interrumpen sin consideración alguna a sus compañeros de mesa. Da pena ver sus rostros de ansiedad por rematar de una vez por todas a quien critican, sin reparar en sus vidas personales, llenas como suelen estar de similares o peores acciones de las criticadas.
Dedicar a diario un programa a vituperar a los demás, da pena, vergüenza incluso, de la falta de respeto o cariño hacia los semejantes, quienes suelen tener mayor fama y recursos en la sociedad.
Se presentan como "enterados" de primera mano de las vidas ajenas, y hacen gala de exhibir y comentar en público las vidas ajenas.
Exhiben en una y otra vez en paños menores a los famosos aunque luego se quejan de las agresiones sexuales cometidas en sociedad sin darse cuenta de sus provocaciones al exhibir de esa manera, principalmente, a las mujeres. Provocan y quieren a la vez ser guerreros de la justicia.
Dice el refrán que "perro ladrador, poco mordedor". Pero todos estos cotillas de los media, cualquier género que sea, muerden protegidos por los mismos dueños de las cadenas con trabajan, y por las autoridades encargadas de velar por el orden social y el bien común de los ciudadanos.
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