El buen humor en la vida
Los tiempos que corren, parece, no dan mucho lugar para el humor. Parece mentira pues debido a esas maneras de conducirse de algunos, debería dar pie al chiste, a la broma, al comentario jocoso con el fin de olvidar, aunque sólo por un minuto el aspecto sombrío de las relaciones humanas.
Sin embargo, no es así. Las prisas, las contrariedades, son como rémoras en el camino actual de la vida. La gente en general no piensa en cuánto le queda antes del momento crucial donde ya no hay tiempo para nada, excepto para rendir cuentas de las obras realizadas y de las omitidas debido a las razones improvisadas por la conveniencia.
Estamos aquí cuatro días. No importa cuantos años vivas..., son cuatro días. En ese momento, cuando las lágrimas de quienes te quisieron en vida, ya habrás dido juzgado, sin perder detalle alguno de las obras realizadas. Ni siquiera un segundo y ya tu alma habrá sido juzgada.
No hay tiempo a partir de ese momento. Sólo eternidad. En uno de los tres ambientes posibles: cielo, purgatorio, infierno. No habrá marcha atrás. El purgatorio sirve para llegar al cielo una vez pagado el debido castigo de culpas ya perdonadas en vida, pero por las que no se había pagado el precio de esas culpas. Se rompió un jarrón, se te perdona la ofensa, pero ahora se debe resarcir el precio del jarrón. La permanencia tiene esperanza, aunque dolorosa en extremo. Estas almas no se pueden ayudar ellas mismas, si bien, desde aquí sí se les puede ayudar y ellas pueden con sus muy valiosos ruegos, ayúdanos a nosotros.
Sin embargo tanto el cielo como el infierno ya no tienen remedio. El primero, para una felicidad inimaginable para siempre. El segundo, sufrir sin cesar un eterno tormento según las culpas, de las que no se arrepintió en vida, estado del que algunos santos, como la Teresa de Ávila y San Juan Bosco cuentan algunos importantes detalles.
No se acaba el buen humor al saber estas cosas, especialmente cuando todavía tenemos tiempo, y todo, absolutamente todo, tiene remedio. De ahí el sentido del buen humor.
Comentarios
Publicar un comentario