Aunque vengan días de agobio, la curación llega por el amor


El 
Cardenal Marcelo González (1918-2004), Arzobispo de Toledo y primado de España, conocido como Don Marcelo, solía decir que el verdadero motor de la historia es la santidad.

No todos los historiadores estarían de acuerdo con esto, pero Don Marcelo no trataba de dar lecciones de historia al pronunciase de tal manera, sino que hablaba del motor, de lo que hace avanzar la historia a un destino noble, de acuerdo con el fin del hombre.

Dios ha puesto el hombre en la tierra para que sea feliz por medio de buscar l222a santidad, y Él jamás rompe una alianza. El camino al cielo nos es desconocido, pero quien nos ha creado vino a la tierra haciéndose hombre, para enseñárnoslo: Yo soy el camino, les dirá a sus discípulos, y quiere que todos los hombres se salven, nos repetirá luego San Pablo enseñándonos con su prédica la manera de llegar a todos.

Hablando de "motores" podríamos decir que la amistad es el principal motor del apostolado, tarea a la que está llamado todo cristiano. De esta manera se construye la comunidad, cuyo fundamento, nos recuerda el cardenal Ratzinger, está en la eucaristía, pues en ella está siempre presente el "amor de Cristo", para despertar nuestro amor por medio dela amistad con todos los hombres.

En el agobio de nuestros días, debido a las guerras y disputas entre los hombres, la solución no son los recursos para dominar al otro. Pensar así no lleva sino a la destrucción de los demás y de sus medios de vida, los hogares y las familias.

En esa lucha no está la solución porque falta el amor, que nos lleva a dar la vida por los demás, nunca a quitarlos de en medio. El amor lo cura todo porque es locura.






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