Lo difícil de ser abuelo


Las dificultades de ser abuelo son varias. Desde que los hijos no se casan hasta que después de casados postergan al límite la venida de la vida. O simplemente los hijos se desentienden de la vida matrimonial para disfrutar de ella a su manera, sin compromisos de ningún tipo.

Todo lo anterior viene en menoscabo de lograr ser abuelo; además supone un descenso de la población y, como consecuencia, un deterioro en el manejo de las pensiones al no percibir ingresos para este fin de quienes solían hacerlo. Es decir, la falta de vitalidad en el conjunto  social normal, repercute en todos los órdenes de la convivencia humana.

Se llega a pensar que la vida es un estorbo, un impedimento para el bienestar de la juventud, ansiosa de buscar por otros caminos no tradicionales la felicidad, razón de ser del hombre.

Sin embargo, conozco a quienes, sin caer en estas aberraciones, con tantas limitaciones sociales, tratan de procrear una descendencia según el querer divino y esa vida tan deseada no viene. Pero, después de una larga espera de más de una década, la vida se asoma cuando menos se esperaba, incluso no con una sino con dos criaturas, acontecimiento que  llena de alegría a familiares y amigos.

La dificultad de ser abuelo no depende de quienes quieren serlo. La vida es siempre un don divino y llega cuando, si no se ponen impedimentos, cuando Dios quiere. Sin vida en la tierra se apagaría todo, al hacer inoperante el mandato de "creced y multiplicaos y llenad la tierra" ¿Cómo se puede dudar por un segundo siquiera de que la felicidad depende de fiarse de quien de verdad nos quiere?

El hombre así, girando en torno suyo, se alza como si dios fuera, siendo siempre una criatura. Ocurrió de esta manera desde el principio, cuando el ángel de Satanás, tentó a nuestros padres sugiriéndoles ser como Dios. Y ellos sucumbieron al engaño, que tantas amarguras ---y grandes alegrías--- ha traído a nuestra humanidad. Por ejemplo, comprobar que por amor Dios se hizo hombre y, no sólo éso, sino que quiso permanecer con nosotros para siempre...(aunque luego nos costara una década el llegar a ser abuelos). 






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