Modos de honrar a la Trinidad


 Devoción a la Santísima Trinidad: Quicumque y Trisagio Ángélico.

 1, La realidad de la Trinidad es algo revelado. El hombre por sí solo nunca hubiera sido capaz de dar con ella. Misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es la raíz de la fe, y así se nos hace saber en el acto del Bautismo. San Pablo ya saludaba en sus Cartas con referencias a la Trinidad: "La gracias del Señor Jesucristo, el amor de Dios  Padre y la comunión del Espíritu Santo  sean con todos vosotros".

2. Configuración de la Trinidad. En los Concilios antiguos se va perfilando la esencia de la Trinidad de la mano de la Iglesia y de los Padres de la Iglesia. Pero no podemos olvidar que la Trinidad está en nuestra alma en gracia.

3. El dogma de la Santísima Trinidad. La Trinidad es una. Cada una de las tres personas son uno solo Dios por naturaleza (esencia), y distintas entre sí. El Padre engendra, el Hijo es engendrado, y el Espíritu es quien procede. La unidad es trina. Las personas divinas son relativas unas a otras: la distinción real reside en las relaciones en una sola naturaleza (Esencia y relación. Nosotros también, hechos a "imagen y semejanza") somos  "seres en relación", como decía Ratzinger. Así, el "amor" y el "apostolado" son algunos natural en nosotros. 

4. Por ser misterio esencial.  Hay quienes meditan esta verdad cada tercer domingo, (Quicumque) como signo de adoración a la Trinidad, que Dios nos ha revelado, pues se realiza así el portento de "nuestra elevación a la vida sobrenatural". 

La vocación cristiana tiene como base la vida interior y el apostolado. Si no crecemos en aquélla, no se da ésta. Por eso, Santa Teresa descubre en el Quicumque vult  de qué manera era un solo Dios y Trino y confiesa: me hizo gran provecho, dice la santa). Dios uno y trino: maravilla de visión.  Dios nos induce a tratar a cada una de las divinas personas hablando con ellas. La Trinidad está en nosotros, además de la Eucaristía.

5. Trisagio Angélico. Durante el triduo precedente a la fiesta de la Santísima Trinidad se reza el Trisagio Angélico, y la jaculatoria inicial Tibi Laus, Tibi gloria, puede ser la pauta para una "continua conversión" personal. ¿Cómo?: Descubrir nuestra nada (humildad, como la de María) para que el Señor lo sea todo. Así, con esa lucha, significa participar en la vida divina.

6. Dios todo lo puede. Parece ausente (la presencia del mal, el sufrimiento), pero lo puede todo: Sólo quiere nuestra miseria. Por ejemplo, la creación es el fundamento de "todos los designios salvíficos de Dios". Es obra de la Trinidad.


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