Siembra, siembra sin miedo, aunque no veas ahora los resultados


Hace casi cinco siglos, en 1541 para ser exactos, un hombre recio, lanzado, pasó de  su estancia en Goa (India) a Indonesia, en las islas de Ternate y en la de Tidove. Se trata del navarro, procedente del castillo de Javier a 53 kms. de Pamplona, cofundador con Ignacio de Loyola de la Compañía  de Jesús.

Sin duda, el papa Francisco se va a alegrar al ver personalmente el rastro dejado por la evangelización de los primeros pobladores de las islas que comprenden el archipiélago de Indonesia, por quien fue pionero de la orden religiosa a la que el mismo papa Francisco pertenece.

Hoy se cuentan más de 115 mil católicos en 54 parroquias de la diócesis de Ambón, base de las operaciones de San Francisco Xavier donde permaneció dos años, antes de partir para Japón. En la bahía de Ambón, en el pueblo de Great Hative se ha levantado una estatua al santo navarro. También en la isla de Bali, de mayoría musulmana, se levanta una estatua de del patrón parroquial, san Francisco.

Da alegría comprobar, después de tantos años, cómo ha fructificado la labor de una persona en lugares tan apartados de la cultura occidental. Si ayer se pudo, hoy se puede lograr un poco más con un poco de fe.


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