El juicio final no será en inglés



El juicio final,  Miguel Angel, Capilla Sixtina.




Me encontré con un amigo muchos años después de habernos perdido la pista. Después de un efusivo saludo, me empezó a recordar algunos retazos de nuestras pasadas conversaciones. Coincidimos en una boda.

El juicio final no será en inglés. Eran los tiempos en que el idioma inglés iba tomando gran auge en la educación. Estaba mi amigo muy interesado en una educación con valores cristianos, pero insistía con fuerza en la presencia del idioma inglés en la educación. Según él contaba, el director del colegio en donde quería inscribir a su hijo, debido a su instancia en la enseñanza del idioma inglés quiso serenarlo diciéndole: El juicio final no es en inglés. Ante esta afirmación de contenido religioso, por un lado, frente a él la exigencia académica en un idioma extranjero, decidió, por supuesto, poner a su hijo en esa institución.

Viene esta cita a colación porque después de más de treinta años, todavía se acordaba de esa entrevista. Pero, el asunto no quedó ahí. Al despedirme de él después de la fiesta de la boda, todavía me dijo: "--Oye, a ti qué te parece: ¿en qué idioma será el juicio final?"

Entonces, me di cuenta de la importancia para él de esta cuestión. No era el lugar más apropiado para entablar una discusión sobre el tema, así que le dije que el "juicio" sería en silencio, sin palabras, donde cada quien vería claro lo que  había hecho y, sobre todo, lo que había dejado de hacer.

Se sonrió, y esa fue la despedida.

Entonces me di cuenta de la importancia que tiene el decir las cosas claras, sobre todo, en lo referente a nuestro destino final. Este punto no se toca con la frecuencia debida, pero me da la impresión de que martillea en la conciencia de muchos, y se queda sin resolver cuando no se tiene una dirección espiritual adecuada.


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