El primer "belén" de la historia

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Es cierto, san Francisco de Asís fue el creador del primer belén de la historia en el año 1223, en una cueva de Greccio, Italia. Sin embargo, este belén creado con motivos didácticos para mostrar la pobreza del lugar donde nació el Creador del mundo, no tenía ninguna persona en su representación. Sólo estaba el pesebre, la mula y el buey. Pasaron los años y los franciscanos fueron extendiendo esta costumbre por Europa, si bien fueron añadiendo personajes al retablo.

Parece algo increíble que aquel niño a punto de nacer era el mismo Dios, Creador de cielo y tierra. Este sí fue el primer y auténtico Belén de la historia. Sin embargo, ni estuvieron mucho tiempo solos. Los ángeles cantaron su nacimiento a unos pobres pastores que cuidaban del rebaño durante la noche, aguardando su turno de vela. De improviso el ángel del Señor se les presentó y la gloria del señor los envolvió con su luz.

Se asustaron, pero el ángel del dijo el gran anuncio de la historia: "No tengáis miedo, pues os anuncio una gran alegría, que lo es para todo el pueblo". Los receptores de semejante anuncio eran unos simples pastorcillos, y el ángel les dijo: "En la ciudad de David os ha nacido un salvador, el mesías, el Señor". Por supuesto, en aquel tiempo, todos habían oído hablar de tales historias de parte de los profetas y sacerdotes, pero nadie se imaginaba que, en medio de la noche, en aquellos parajes, iba a suceder tal evento. Según san Mateo, las Escrituras decían que Belén iba a ser el lugar elegido por Dios para venir al mundo : "..porque de tí saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel". El ángel del Señor, como nos cuenta San Lucas, les va a indicar ahora las señas del acontecimiento: "Encontraréis envuelto en pañales acostado en un pesebre". La pobreza de este nacimiento no tiene igual.

Enseguida se unió al ángel una "multitud" del ejercito celestial que alaban a a Dios: "Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres que él ama".

Son los deseos de Dios: esa Paz que hasta ahora, sin Él, no hemos sido capaces de conseguir los hombres de nuestro tiempo. Estamos hechos para Dios, y si  prescindimos de Él en la vida diaria, todo se vuelve un conflicto entre familias, personas y pueblos.  

Unos "magos de oriente", a quienes llamamos "reyes", sñi escucharon la voz, el anuncio del nacimiento en Belén, y fueron a buscarlo siguiendo una "estrella" aparecida en su tierra, pues "querían adorarlo".

Esta es la narración del primer "belén" de la historia contada por quien, Lucas,  la había oido de labios de María, la madre de Jesús, y de Mateo que convivió con quienes vivieron ese momento preocupado por aportar los datos de la historia de este insigne acontecimiento, ninguno como el, un Dios hecho hombre para "salvar al hombre".

Si queremos paz, tenemos la solución: la unión con Dios en el portal de Belén esta Navidad, junto a los ángeles. pastores y reyes. 


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