Una ley puede intentar acabar con la vida del Opus Dei




No me refiero solamente a las muertes sufridas por la legalización del aborto. Son millones y no se puede pasar de largo frente a esta epidemia de asesinatos.

Pero hoy nos queremos fijar en otro aspecto no tan visible, pero cuya presencia acarrea en este caso la muerte del cristianismo silenciosamente.

Me refiero al ir y venir del Código de Derecho Canónico, base de la estructura jurídica de la Iglesia católica en el mundo, guardadora de la fe. Esta , la vida, va en primer término; luego, se decide la forma jurídica para custodiar esa fe de la mejor manera posible. Vayamos al caso con un ejemplo concreto.

El Opus Dei se funda en España en el año 1928. El sacerdote aragonés José María Escrivá, a la edad de 26 años, "vio" la singularidad de lo que vendría a ser la Obra de Dios hasta el final de los tiempos.

Conforme pasaron los años, se fueron marcando los aspectos de la vida de esta institución de acuerdo con las posibilidades permitidas  por el Derecho Canónico vigente. En 1930 nació la sección de mujeres, y en 1945 se ordenaron los tres primeros sacerdotes, después de salvar  innumerables trabas jurídicas, en junio de 1944. Entre ellos estaba Mons. Álvaro del Portillo, sucesor del fundador en la dirección del Opus Dei, hoy beato.

Con san Juan Pablo II el Opus Dei pasa a tomar la forma jurídica de Prelatura Personal, la primera en el mundo, donde se recoge la ascética propia de esta institución de la Iglesia, muy de acuerdo con lo que san Josemaría "vio" como el carisma fundacional  de la Obra en 1928. Esto era lo que se debía custodiar durante todo su desarrollo en el mundo. Así, poco a poco, se fueron  apliacando las formas jurídicas más apropiadas de acuerdo con la visión de los tiempos por parte de la Iglesia. Primum vivere; deinde philosophare.

Al ir haciendo las cosas así, la Obra se ha podido expandir por todo el mundo contando con más de 93 mil miembros; de ellos 2,132  sacerdotes, y los demás, hombres y mujeres laicos (40 y 57%, aproximadamente). 

En 2022 el Opus Dei pasa a depender del Dicasterio para el Clero, siguiendo las indicaciones del motu proprio Ad charisma tuendum del papa Francisco. En la actualidad se están estudiando los Estatutos de la institución con el fin de adecuarlos en su totalidad a las propuestas de este documento pontificio.

La unidad de quienes forman parte de la Obra (traducción del latín Opus), sacerdotes (tanto de  hombres procedentes de la Prematura como de sacerdotes diocesanos-- y laicos ---hombres y mujeres--- es algo esencial de la estructura del Opus Dei. Si esta unidad se rompiera se desmantelaría la atención espiritual a los laicos por parte de los sacerdotes creando una confusión sin límites en la vivencia del carisma de la Obra, 

El carisma consiste en vivir la vocación al Opus Dei concebida desde el principio por su fundador, consistente en ir logrando la santidad personal en medio del mundo esmerándose en el logro de la perfección en la profesión, y la dedicación al apostolado con quienes por razones familiares, sociales, de amistad o profesionales pasan por su camino. En una palabra, santidad personal y apostolado forman la esencia de la vocación a la Obra,

Los logros de la hasta ahora Prelatura del Opus Dei han sido notables siempre sometidos a una delicada obediencia al Sumo Pontífice sin importar quien fuere. El carisma de la Obra no puede cambiar, pues desde su nacimiento es la parte esencial de la vida del Opus Dei.

Sin embargo, una ley que concibiera mal esta esencialidad, podría acabar con la vida de la institución, como ocurre con la vida de un nonato cuando se produce un aborto permitido por la ley.

Por eso, vale la pena rezar, rezar mucho, para que tal cosa no ocurra, no importa que  después de un tiempo se podría volver a los Estatutos según la visión original de su fundador, san Josemaría Escrivá.




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