El origen de la corrupción: ¿El Estado?


No es tarea fácil quitar el velo a la corrupción. Algunos, no sin razón, pondrían su origen en el "pecado original" del hombre. Pero, no es tarea fácil, pues no está ahí el origen de la presencia de este síndrome, según parece.

Sin duda, la preponderancia, la hegemonía del Estado en la vida de las naciones, tiende a facilitar los niveles de corrupción. Mientras en Singapur y Nueva Zelanda el sector privado alcanza niveles altísimos de superioridad sobre la esfera de lo privado, (89 y 84 respectivamente), quizá los más altos del mundo, donde apenas la presencia de la corrupción sobresale de niveles ínfimos, (puntaje de 15 y 13),  si bien no desparece de escena.

Al mirar, por el contrario, los niveles de corrupción más altos del mundo, sobresalen Corea del Norte y Venezuela con un puntaje de 86 y 82. Pero, el nivel de hegemonía del Estado está también en las posiciones más altas (98 y 74, en ese orden).

Así, podríamos deducir que, la mayor injerencia del Estado en un país contribuye a incrementar la corrupción del mismo.

¿Quiere decir esto que el Estado, de suyo, fomenta la corrupción? En absoluto. Pero nos puede indicar que se diluye la responsabilidad personal  al menguar la propiedad privada en el país . Parece ser que el esfuerzo por sacar adelante lo que no es tuyo, disminuye considerablemente. No se crean fuentes de trabajo, y el desempleo florece, como sería el caso de Venezuela, un factor determinante en los niveles de pobreza del país. 

“El pilar que mide el entorno empresarial de un país es su infraestructura, las barreras a la innovación y la flexibilidad del mercado laboral”.

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