Los recovecos de la conciencia
La conciencia no se ve. Entonces, para muchos que alardean de científicos, no existe.
Sin embargo, no faltan quienes pregonan oír la "voz de la conciencia" y juran y perjuran decir una verdad en su nombre, porque tienen --dicen-- una conciencia clara.
¿A quién le haremos caso?
Veamos. Tener cada vez una conciencia más clara de las esencias, por empezar desde el principio en esta tarea, es labor impostergable del pensar, y así lo afirma y recomienda E. Gilson. Es decir, sí hay conciencia, y el progreso consta precisamente en aclarar la conciencia mediante una relación cada vez más clara entre ese algo inmaterial de las cosas y el intelecto.
Dicho de otra manera, según el equipo de Enciclopedia, la conciencia es el conocimiento que un individuo tiene de sus pensamientos, sus sentimientos y sus actos. Por eso, una persona consciente tiene conocimiento de lo que está pasando en su entorno.
Entonces, la persona se decide a actuar de una u otra manera según perciba el bien o el mal como resultado de su acción, de acuerdo con su percepción y el entramado de sus valores morales. Ese actuar no lo deja indiferente según obre siguiendo su conciencia o no.
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