Nuestro fin, el fin del hombre, no se inventa


No sé cómo comenzar a escribir de lo verdadero, de lo importante para nuestra vida, la de solteros, casados, sacerdotes y religiosos. Metidos cada uno en sus diferentes formas de vida, tratan, si de veras viven su vocación, de parecerse a Jesús, Dios hecho hombre en la tierra.

Esto no es poca cosa, pues obedece al mandato imperativo de "ser perfectos" con la perfección del Padre celestial. Entonces, ese es nuestro modelo. Se puede imitar a los santos pero  en la medida que su vida se parece a la de Cristo en la tierra.

Nadie puede venir a pervertir este fin de cada uno para poder alcanzar la santidad. Convendría por lo tanto, considerar este parecido a conseguir antes de comenzar cualquier acción, no importa su relevancia material, cómo se comportaría ese Dios hecho hombre para enseñarnos la forma de conducirnos en las tareas diarias de nuestra profesión, del peculiar camino de vida elegido por cada quien para irse acercando a esa figura de natural excelencia en el desempeño de su "obediencia" a sus padres durante su adolescencia y durante su plenitud, su madurez como hombre, en Nazaret, antes de comenzar a vivir su vida pública.

Y lo vemos como un hombre normal, corroborado por san Juan cuando nos dice en su evangelio del primer milagro de su vida ya de 30 años, a instancias de su madre, María, en las bodas de Caná, un pueblo cercano al suyo, acompañado de sus primeros discípulos.

Vemos así, en seguida, cómo la santidad de vida de nuestro Señor, después de su retiro al desierto durante 40 días para conocer en plenitud la voluntad de su Padre, se dedica al apostolado, es decir, a convivir acompañándolos a sus primeros "amigos" para emprender la tarea de enseñar a todo el mundo la misión  y el camino de dar a conocer la coluntad divina: ese querer que todos los hombres se salven.

Y nosotros, cada uno, somos herederos de tales enseñanzas, corroboradas por la voluntad de Jesús, justo antes de su partida al cielo: Id por todo el mundo enseñando todo lo que les he mandado.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Lo difícil de ser abuelo

Un mundo sin descanso..., cuando falta el fin

Cuando se acerca la muerte, y se piensa en el Purgatorio