Rastros de Dios trinitario a encontrar en el hombre y en la creación

La Trinidad santísima es un misterio. No significa esto, sin embargo, renunciar a ir calando por a poco, esa verdad insondable. Dios nos ha dado lo suficiente para indagar en esa aventura al ver las cosas salidas de sus manos. Por ejemplo, las Escrituras y la creación nos remiten al origen de toda esta gram verdad. Por ejemplo, el evangelista Juan nos dice que Dios es amor. Esta simple, pero compleja afirmación, nos enseña que el amor es un sentido si se concibe en una sola persona. El amor, en cuento tal, quiere a alguien más, al otro. Es decir, ya tenemos ahí la presencia de por lo menos alguien más. Sabemos además que el amor relaciona a personas, y al quererse, dan fruto a alguien como ellos. Por lo tanto, ya tenemos a tres personas en esta breve consideración. De hecho, la familia más perfecta de la tierra, la formada por María, José y Jesús, nos da también idea de un padre, una madre llena del Espíritu Santo, y un hijo, nacido del amo...