No reaccionar, sino acompañar
Un estímulo, casi cualquiera, desata la acción de quien lo experimenta. Apenas hay tiempo entre la percepción de los sentidos y la respuesta emitida voluntariamente ante tal presencia,
Controlar la respuesta exige un hábito de fortaleza que no todos han cultivado.Por eso se califica de reaccionario a quien obra de tal manera pues las consecuencias de un actuar sin predeterminación suelen comportamientos aciagos, poco dignos de una persona serena.
Desde una respuesta agresiva hasta un gesto malhumorado, sin descartar la violencia, puede esta precipitación acarrear acciones fuera de control, tantas veces el principio de roturas imprevistas en las relaciones familiares y sociales.
Un ejemplo de este actuar lo vemos en las acusaciones falsas a Jesús cuando sufre sin motivo alguno golpes innecesarios. La respuesta de Jesús frente a las palabras insultantes no da ejemplo de cómo reaccionar ante tales situaciones: "Si te he ofendido, dime en qué, y si no, por qué ame hieres".
Hace falta mucho control del carácter para reaccionar así, con una moderada respuesta frente a la provocación. Vemos aquí cómo una respuesta divina se ejerce a tantos de nuestros actos ofensivos a las personas de la Trinidad. ¡Cuántas veces la ira divina se detiene del castigo ante las ofensas aunque se arrepienta de haber creado el hombre! La ira divina se da por las acciones premeditadas del hombre ante personas reales, no ante entres etéreos o imaginados. Son realmente personas movidas siempre por el amor en cada uno de sus actos, como sería el caso de la creación del hombre. Y si es cierto, como dice el refrán que, amor con amor se paga, estaremos siempre en deuda con tantas delicadezas de estas personas con esas "creaturas" tan mal encaradas.
Es el amor lo que supera las agresiones y es capaz incluso de dar la vida por quienes le ofrenden. En esta vida, tan llena de odios y guerras, falta el amor. Esta virtud no se improvisa y crece con el fruto de la entrega a los demás, sienes quienes fueran. Se trata de acompañar a quien lo necesita: reaccionar "acompañando".
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