Tradición


"Transmisión oral de la verdad cristiana", así define "tradición" el Diccionario de Teología Católica (vol. 15).

Nos encontramos frente a la "verdad". No cualquier aserto transmitido forma parte de la tradición. Tampoco los grandes conocimientos de la cultura griega y latina llegados desde hace más de dos mil años hasta nosotros tendrían parte en este apartado, aunque sí son una parte del saber filosófico dignos de ser considerados hoy.

¿De qué se trata, entonces? Estamos hablando de la verdad "cristiana", es decir, a partir de Cristo se consolidan las verdades encontradas en la cultura judía gracias a las referencias hechas por Jesucristo sobre las verdades referidas en la libros sagrados, y afirmadas en su caminar por las tierras de Israel y Judá. Dos ejemplos: por una parte vemos a Jesús coincidir en el camino con Cleofás y su amigo dejando atrás Jerusalén y dudando de algunas de las cosas dichas en las Escrituras. Ahí, Jesús, repasa una y otra vez lo afirmado en los libros sagrados, y le ofrece con claridad la confirmación de los hechos ocurridos en durante la Pasión. Por otra parte, leemos en los Evangelios cómo Jesús dice a sus discípulos, "Os acordáis que se dijo..,, pero yo os digo", afirmando su autoridad sobre lo dicho sobre asuntos particulares, en concreto, sobre la conveniencia de amar a los enemigos sin desterrarlos de la conciencia social.

Es decir, no todo lo transmitido se ha interpretado correctamente y conviene poner los puntos obre las íes en los asuntos fundamentales como sería el amor al prójimo, siguiendo el mandamiento primero de la Ley de Dios  dada a Moisés en el Sinaí. Otro tanto podríamos decir sobre la conveniencia de abandonar a la esposa  mediante un libelo de repudio. En el principio, les recuerda Jesús, el matrimonio lo constituyeron un solo hombre y una mujer para toda la vida, no hasta que les deje de ir bien. Esta aseveración sobre el matrimonio sigue vigente hasta el día de hoy, y conviene tenerla en cuenta antes de contraer matrimonio y cuando surjan problemas entre los esposos.

En fin, lo que se lleva, lo que está de moda no tiene nada que ver con la tradición. Ni tampoco con una costumbre instalada desde hace tiempo en algún lugar al que se la acepta en nombre de la cultura de un pueblo.

La verdad es la verdad, y esta presente desde el principio en los orígenes de una sana tradición. Sin ella, aunque la mona se vista de seda, mona se queda.




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