¿Aniversarios? Son los recuerdos del amor
Se suelen celebrar los cumpleaños, los aniversarios de bodas y las fechas conmemorativas de algún episodio especial en la vida de familia. Sin darnos casi cuenta de que todas estos recuerdos son movidos por el amor en el seno de la familia y de cuantos se alegran en nuestro entorno con nosotros.
Ahí está el punto crucial de las celebraciones: el amor y la familia. Podemos incluso decir, sin alegatos, que sin familia no existiría el amor.
Dios es familia, y Juan, en su Cartas y evangelio, atestigua la unicidad de las tres personas divinas diciendo de su esencia amorosa. No se puede hablar de amor en la soledad, pues nos faltaría a quien querer; y no comprenderíamos la familia sin la presencia de unos padres unidos por el amor en su hijo.
Así, el misterio trinitario se aclara en parte por la presencia de tres personas distintas unidas en ese amor único que las funde en uno sin confundirlas. Es como decir que la perfección divina no sabe hacer las cosas de manera distinta a lo que realmente son. Se proyecta de esta manera su presencia en el mundo de la creación donde no vemos a Dios directamente sino por sus efectos.
El hombre se prodiga en su crecimiento gracias a que es familia, y ésta surge por el amor. Y si por desventura este amor se escatima y muere desaparece la unión que había sido concebida para siempre. Casi podríamos decir que la familia y el amor se confunden, El hombre es un ser en relación, como ocurre con la trinidad de personas, y de esta manera aparece el sentido de la vida. Los dioses de las mitologías y de tantas creencias son seres etéreos o carentes de sentido, y aparecen el odio, la venganza, la exterminación del otro al no haber una relación de amor, o el sinsentido de la soledad.
Las guerras de hoy, y las de todos los tiempos, no son sino gritos por la ausencia De Dios, y, por tanto, de la carencia de mor por el otro, a quien se ve como un rival con quien competir.
Somos hechos, se dice en la primera página del Génesis, a image y semejanza de nuestro creador, y esta hechura no desaparece, aunque se debilita al apartarnos de quien recibimos el ser y la esperanza de volvernos a encontrar con él, gracías al amor.
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