Ventajas e inconvenientes de las nuevas tecnologías en los sistemas educativos

Estamos asistiendo a la fuerza, al paseo por el mundo del coronavirus. Esta pandemia, mortal, ha impuesto restricciones en todos los ámbitos de la vida. Sin embargo, gracias la tecnología, millones de trabajos y servicios se han mantenido y, en algunos casos, han facilitado la contratación de nuevos empleos para procurar ayudas impensables antes de esta plaga.

Pero la moneda, como siempre, tiene otra cara. Un estudio reciente en Estados Unidos confirma que 50% de los jóvenes de 18 hasta los 35 años, han pensado en suicidarse durante esta pandemia. Una joven, hija de una amiga nuestra, le plateó a su madre permiso para salir, ya harta del encerramiento, para tomar un café con una amiga suya. Ante la negativa de los padres, les dijo que estaba dispuesta a cometer cualquier locura si no la dejaban salir. Con este aviso, la joven salió a ver a su amiga. Cuando regresó, estaba feliz, era otra persona.

Por supuesto, esta familia tenía en casa todos los adelantos tecnológicos para satisfacer las demandas más exigentes de cualquier adolescente o adulto. Pero el estudio citado y el ejemplo nos dicen que la tecnología no basta para satisfacer el reclamo natural de la persona, creada para vivir en compañía: "No es bueno que el hombre esté solo". (Gen 3, 18). 

Esta es la razón por la que hemos repetido sin cesar, que el hombre es un "ser en relación". Y  ninguna tecnología, habida o por haber, podrá suplir la carencia de personas a su lado. 

Los adelantos de japoneses ofreciendo la bienvenida a un hotel con un "robot" muy sofisticado, es un mal presagio de lo que en verdad se espera de una bienvenida, por my mala cara que tenga quien nos recibe.

Incluso, podemos encontrar en la web sitios de reunión para ayudar a seguir paso a paso el camino al suicidio.  Educar es ocio, el arte de la contemplación donde el espíritu se libera de toda atadura "técnica" para pensar en libertad.


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