¿Cómo el hombre se podría volver pendejo? (Viendo las noticas de algunas televisoras)
Pedro Carreño, presentador de Televisión Española (TVE). Juzgue usted mismo sus frases entrecortadas en los subtítulos de la fotografía.
Parecería que se han olvidado de informar.
De Iriarte nos diría: "Tantas idas y venidas..Tantas vueltas y revueltas (quiero amigo que me diga), ¿son de alguna utilidad?"
(Tomás de Iriarte, 1750-1791)
Buena parte de quienes escriben militan en los media piensan como "niños ricos" herederos de la Ilustración. Creen que la bandera de la libertad enarbolada (no descubierta) por sus antepasados, se conserva gracias a ellos. Gracias a su defensa de la libertad, creen, nosotros podemos gozar de una democracia sin cortapisas. Por eso invocan, para ellos, una libertad sin mesura. Sus palabras e imágenes, en televisión, en radio, prensa o redes sociales, no ofenden, hijas como son de la libre expresión, sin corsés.
Si por lo menos los noticieros se hubieran volcado por el lado del entretenimiento, procurarían diversión a la audiencia. Pero no: son aburridos y secos como palos de escoba. Y tampoco han aprendido a informar de otra manera (e incluso se les ha olvidado la forma clásica de informar), más congruente con los cambios introducidos desde la aparición de internet en 1993.
Por ejemplo, los noticieros de la noche en televisión, en España y en otros países, siguen dando las noticias ya sabidas durante el día, como si los espectadores de ese medio vivieran aislados, sin acceso a los miles de contactos donde se informa puntualmente de los sucesos más notorios del mundo. Se asiste, por tanto, a la noche, a una sesión de lectura de sucesos ya conocidos.
Se pretende dar un servicio informativo, insinuando: Somos casi como la BBC de Londres, pero si nota alguna diferencia con ella se debe, no a nuestra falta de talento y preparación, sino a las intromisiones a otro nivel, gubernamentales, quizá, que nos impiden realizar el trabajo como queremos.
Se ufanan de su contribuir a la libre expresión sin límites, gracias a la que la democracia se mantiene y la sociedad no rueda por los suelos. El ejercicio consiste a veces en sacar los trapos al sol de quien sea. Noticia para estos profesionales es lo que ellos piensan de las cosas, o alcanzar a ver, no tanto la relevancia e importancia de lo sucedido.
Con una exquisitez inverosímil, difuminan la cara de un menor si aparece en el reportaje de alguna noticia, pero encuentran normal mostrar la desnudez de alguna señora de paso en sus entrevistas.
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Ana Blanco, presentadora de TVE.
Siguiendo con Tomas de Iriarte: "Conque algunos escritores
ardillas también serán,
si en obras frívolas gastan
todo el calor natural").
(Tomás de Iriarte, Fábula del caballo y la ardilla).
Todos estos periodistas, aprenden pronto a retar con su mirada altiva a los televidentes, en un desafío sin tregua, como diciendo: aquí quien manda soy yo. Las preguntas a los corresponsales se organizan de tal manera que exigen una contestación subordinada, sumisa, obligados casi a comenzar su respuesta con un "Sí, así es", pues tú presentador lo sabes todo. Se incoa la respuesta con la pregunta, y ¡ay de quien se atreva a salirse con la suya! Porque la noticia se decide de antemano por los reyes del plató, los "sabelotodo".
Por este camino nos quieren quizá hacer pendejos (tontos), como dicen con gracia en Méjico. Si el público cediera a la tentación propuesta por los referentes de la libertad, los encargados y presentadores de los media, ellos serían la causa próxima de tal transformación.
Menos mal que la gente, que no está pendeja (tonta), cambia de canal o se aboca a otra actividad más sustanciosa. Va creciendo la proporción (casi de 4 a 1) de quienes prefieren las redes sociales y se alejan así de la televisión y la prensa.
Hay que pensar en otras personas para que nazcan nuevos formatos de noticias, debido a otras formas de pensar, más de acuerdo con nuestros tiempos.
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