Prohibición absoluta de guerra
Con estas precisas palabras, "Prohibición absoluta de la guerra", citadas en la Constitución Pastoral Gaudium et Spes promulgada por Pablo VI (1965), ahora santo, se fija la posición de la Iglesia Católica sobre este delicado asunto, desgraciadamente tan ignorado y frecuente.
Se podría argüir con razón que el documento es de la Iglesia Católica; pero en él leemos en repetidas ocasiones las fraternales llamadas al mundo cristiano y a quienes nI siquiera lo son o tienen creencias distintas. Y es que el asunto de la guerra no es sólo una cuestión de vida o muerte, aunque nadie con sentido común puede defender la muerte, o quitar la vida a un semejante.
El punto más abominable de la guerra estriba en ignorar el amor. Es decir, se borra totalmente la presencia de Dios entre los hombres debida a su amor infinito a pesar de todo. Por eso no hay peor mal que el de la guerra: se ignora y se pisotea la presencia del amor, sin el que nada es bueno.
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