El laberinto de la jubilación
1.
El hombre ha sido creado para trabajar. Sin
trabajo se pierde el sentido de la vida.
Incluso los monjes, fundadores de Europa y de su cultura con san Benito (cuya
fiesta se celebra el 11 de julio) empleaban la fórmula: ora et labora. Las gentes se morían trabajando.
2.
La revolución industrial cambia las cosas para
el hombre. Se avanza con la tecnología, pero el hombre se queda a la zaga. Se
deben crear mecanismos para el fin de la vida laboral: el retiro (o
jubilación).
3.
La revolución digital, vuelve a cambiar las
cosas para el hombre. Parece que las nuevas tecnologías no facilitan el trabajo del hombre. Los jóvenes lo
padecen. Los mayores se ven desbordados. Difícil incorporarse al trabajo a los 50. Se habla de la robotización
de la sociedad.
4.
Trabajar,
¿en qué consiste? Entregarse la persona entera en la producción de un bien. Si se
es “profesional”, a cambio de una
remuneración. Entonces, si no hay trabajo, no hay remuneración. Primer drama.
Segundo drama: si produzco un bien con la colaboración de otros, esa parte
pequeña no se puede producir más si faltan esos “otros”.
5.
El Estado. A partir de Hobbes (1588-1679), se
inventa el Leviathan: los “miedos” del hombre desaparecerán
si se crea un Estado fuerte y toma las riendas de mi destino. Es decir, entrego
mi yo
a un ente superior.
6.
El hombre está hecho para trabajar y…. para multiplicarse. Y si no se multiplica, viene otro
drama: no hay recursos suficientes para que el Estado haga frente a los
“miedos” del trabajador cuando deja de serlo. Esto está pasando ahora en los
países desarrollados de Europa: invierno
demográfico: mueren más que nacen.
7.
El sistema de pensiones, creación del Leviathan, insuficiente. El Estado no es
Dios. Los sistemas de gobierno cambian y los recursos necesarios para llevarlos
a cabo también. ¿Qué hacer? a) apuntalar los matrimonios para que vuelvan a cumplir
sus fines; 2) idear nuevas formas de trabajo,
sea o no profesional.
8.
Colaborar con asociaciones que ayuden a los
demás.
9.
La “dependencia” de otros para la jubilación,
entraña riesgos. Entonces, se deben elaborar planes alternativos que minimicen
esos riesgos. El ahorro sistemático,
pequeños pocos, es una alternativa. Y si se puede hacer rentable ese ahorro
mientras se espera la hora del retiro, mejor.
1. Hoy
se está poniendo de moda el “coaching”.
Vale la pena apoyarse en alguien que conoce el camino a recorrer, bien porque
lo ha recorrido o porque conoce de oficio a quienes han pasado por ese trance.
1. La
cuestión, sin embargo, queda abierta. Si el hombre está hecho “para trabajar”,
como hemos visto, se debería encontrar una tarea digna de realizar, una vez
concluido el ciclo productivo, sea o no remunerada. La falta de un trabajo
acarrea muchos males, pues desencaja al hombre de su fin.
1. Tener
un horario, hacer ejercicio, ocuparse de los demás (si se puede), y prepararse
para entregar las “cuentas” de las “obras” realizadas durante toda la vida, como
corresponde a un “siervo bueno y fiel”.
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