El camino de la esperanza desemboca en Belén
Hoy comienza el Adviento, el principio del camino de la esperanza. Hay que esperar. Parusía o tiempo de espera. Ya viene el que esperábamos. Está cerca. Estábamos sumidos en un abismo negro sin fondo, y el que nos puede sacar de aquí ya se ha puesto en camino. Una joven esposa se ha comprometido a ser la madre del Salvador. Quien nos creó no nos deja de la mano en ese pozo de oscuridad. ¿Por qué, si no le hacemos ninguna falta? Es verdad. Él podría seguir eternamente disfrutando de su felicidad inextinguible. Pero tuvo una debilidad. Nos creó por amor. Y es que el amor nunca se acaba. Sigue alimentando esa relación con nosotros. Lo suyo es compartir, unirse al otro, hasta la identificación completa. Por lo tanto, al vernos el Creador perdidos para siempre sin remedio, se ingenia un atajo para rescatarnos, y él mismo, envía a su propio hijo para resolver, en obediencia perfecta, el dilema. En cuestión como de un mes, se hará visible entre nosotros. Este cicl...