Un nuevo día es la gran oportunidad

Amanece. La luz se filtra por las cortinas e ilumina los aposentos. Se vislumbra así un nuevo día. Suena el despertador y la duda de cada mañana sobre si ya se acerca la hora de comenzar de nuevo se disemina con un salto de verdad desde el lecho y un pensamiento agradecido por poder hacerlo solo, sin ayuda, ofreciendo todo el día. Un día más no es cualquier cosa. Se trata de un regalo de quien no corre el tiempo en su hacer. Sin merecimiento alguno, vemos el destello de la esperanza para poder ejercer con trabajo constante el cariño a las familias, amigos y a quienes se abren a nuestro saludo diario en la calle y en el lugar de trabajo. Dejar un recuerdo de amabilidad y preocupación por los demás. Es nuestro mejor regalo. El mundo, los más cercanos a nosotros, esperan un trato social de semejantes. Somos seres en relación, y nadie merece ser distanciado por los recuerdos malquistos de ayer. Al contrario, acoger es el nombre del juego. Eso no ...