Po eso, precisamente por éso, vale la pena: dar fruto

Cuantas veces nos hemos cuestionado si con la tarea llevada entre manos valdrá o no la pena seguir adelante. Son parones a los 20, 40, 60 y, me atrevería a decir, que nos rondarán toda la vida, con independencia de la edad. Un cambio de trabajo, una contrariedad, la enfermedad propia y la de nuestros allegados La vida sigue su curso con independencia de la edad hasta llegar a su límite. Lo conseguido hasta ese momento depende de las decisiones tomadas a lo largo del tiempo Cada una cuenta. Nos aleja o acerca a ese punto final propio de cada persona. Si se consigue el llegar al punto debido, entonces se recibe un premio. De lo contrario, se desmorona la estructura personal y se transforma en aquello por lo que se ha perseguido toda la. existencia sin hacer caso a las sugerencias del espíritu, parte integral de la persona, indicando la opción más adecuada para conseguir la perfección. Se nos ha creado con un golpe de amor definido y depende de cada uno no echa...