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Perro ladrador, ¿nunca buen mordedor?

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Personas de mucha palabras y poca acción. Se podría tildar a quienes en las redes sociales no se cansan de publicar datos de los demás, sin realidad alguna. Y aunque la tuviera: ¿quién eres tú para airear la vida íntima de aquellos que, en muchas ocasiones, ni siquiera conoces? A quienes se dedican al cotilleo profesionalmente en los media , se les cambia incluso el semblante cuando, aguerridos, interrumpen sin consideración alguna a sus compañeros de mesa. Da pena ver sus rostros de ansiedad por rematar de una vez por todas a quien critican, sin reparar en sus vidas personales, llenas como suelen estar de similares o peores acciones de las criticadas.  Dedicar a diario un programa a vituperar a los demás, da pena, vergüenza incluso, de la falta de respeto o cariño hacia los semejantes, quienes suelen tener mayor fama y recursos en la sociedad.  Se presentan como "enterados" de primera mano de las vidas ajenas, y hacen gala de exhib...

Perdonar

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Hay quienes viven por décadas y recorren miles se kilómetros por el mundo, aunque sea dando vueltas en las plazas de su tierra natal, viendo los rostros de siempre sin olvidar siquiera un día las ofensas recibidas en el paseo. El rencor les corroe el alma y no encuentran la paz aun en el rincón de su casa con los suyos. El problema en estos casos consiste en no saber perdonar a pesar de la desazón producida en nosotros mismos. Reconciliarse significa querer unirse con el otro para conseguir un buen fin, digno. Pero para ello, uno debe ser capaz de hacerlo, en primer lugar, consigo mismo.  La paz es la tranquilidad  en el orden, y ese orden potencial comienza en el interior de la persona y  libera a quien  la da. No puede conseguir la paz quien en su interior runrunea recuerdos negativos creyendo siempre tener razón cuando la memoria los trae a colación.  La oración más perfecta es el Padrenuestro, enseñada literalmente por Jesús mismo. En ella se nos dice que nu...

El bien no es conocido hasta que es perdido

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Todos hemos oído lamentos al perder a una persona querida o cuando la salud deja de ser nuestra carta de presentación. Ocurre lo mismo con muchos otros bienes: al desaparecer de nuestra vida lo lamentamos con frases como "con bueno que era". Los padres, la esposa, un hijo, el trabajo, la casa o el grupo de amigos con quienes nos solíamos reunir para pasar el rato, son parte de esos bienes que nos rodean sin sentirlo apenas. Incluso aquel animal doméstico con quien las diferencias han sido a veces dignas de un grito airado. En fin, el bien es aquello apetecido por la voluntad que sólo puede moverse por el bien, o por aquello aprehendido como si lo fuera. Incluso la pobreza misma puede ser un bien cuando se elige para acceder a un plano superior de bondad, como sería el caso de quienes se privan voluntariamente de la posesión de algo satisfactorio, ta como hacen los religiosos al proferir sus  votos, y muchos otros que sin serlo viven en el mundo de...

Gran victoria la que sin sangre se toma

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Paz en 1979: es posible. Se trata de la razón y la fuerza. Ganar por la fuerza implica violencia; no así ocurre con la razón. Estamos acosados por las guerras, prácticamente en todos los continentes. Hoy nos ha pedido el papa León XIV dedicar el día 22 de agosto a interceder  por la paz.  Por ejemplo, mientras el presidente ucraniano Zelensky visita a los mandatorios europeos para conseguir crédito y armas  para paliar la ventaja rusa de Putin en este apartado.  La lógica de la guerra haba de destrucción. Nos lo dice la razón misma. Gana el que más arrasa, como ocurre ahora con Gaza en manos de Israel. La preocupación de Israel en este caso se debe a la gran cantidad de bienes acumulados en el tiempo, corto, frente a quienes poco les quedaba en su territorio habido durante años. Éstos ya no tienen prácticamente nada que perder. El cese de la guerra --que no la paz-- sería vivir en la miseria a expensas de las dádivas de sus correligionar...

Guardóse de la mosca y comiólo la araña

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Mosca atrapada en la red de la araña. çLas triquiñuelas del diablo van más allá de la apariencia. Nos protegemos de una mosca rondando en el entorno, y entonces descuidamos una mayor amenaza de la araña encima de nuestras cabezas pues no la vemos por estar ocupados, distraídos con algo insignificante. Rara vez el diablillo da la cara. Espera agazapado la mejor ocasión y nunca perdona porque no quiere entender el arrepentimiento del que él nunca quiso formar parte.  Eso es todo. Arrepentirse es el modo de acercarse a quien hemos ofendido, no importa de que grado haya sido la ofensa ni el número de veces repetida. Al ofendido, sólo le importa el amor, pues eso es él, persona divina. A Pedro no le pregunta cuánto, cuantas veces, con quién, sino únicamente si todavía le quiere. Eso es todo. Con los humanos ocurre lo mismo. Cuando uno se siente amado, querido por un semejante, se perdona  todo, aunque a veces, débiles como somos, queda un resentimiento en el alm...

Vamos despacio porque tengo prisa

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En los tiempos que corren muchos parecen incapaces de caminar siquiera unos metros, o revisar un documento con pausa, o bien, saber qué hora es o en qué día vivimos. Parecen dioses. En la esfera de lo divino no hay tiempo. Todo se ve en un instante a pesar de ls variaciones. Sin embargo, el hombre fue creado ocupando un espacio y, al recorrerlo, se da lugar al reloj, al tiempo. Los monjes de antaño, y algunos de los de hoy, lejos de las prisas, se encierran en sus conventos con el fin de tener tiempo para todo. La campana del lugar les marca qué hacer en cada momento, y así, con orden, calmados, tienen tiempo para todo. Con serenidad pueden ir leyendo sus preces diarias y darle culto a creador divino. Ahí practican el ora et labora  y cultivan la tierra tal como se les recomendó a la primera pareja del mundo, lista para crecer y multiplicarse, en un ambiente recogimiento, admirando cada una de las cosas creadas. Tratar de seguir esas enseñanzas tr...

No se puede avanzar cuando la puerta está cerrada

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Todos quieren llegar a la meta de una u otra manera. Algunos, por encima de los demás. Pero tal aventura requiere avanzar por el camino correcto. Sólo hay uno; los demás son ilusiones.  No se puede avanzar cuando la puerta está cerrada. Ese bloqueo no viene de un impedimento exterior, sino de las trabas puestas por los caprichos personales.  El principal obstáculo suele ser no visualizar lo que se quiere. Se quiere llegar a algún sitio pero no se sabe exactamente dónde. Entonces, seguir la corriente de la moda suele ser un modo de integrarse en la masa de ciudadanos que siguen moviéndose a algún lado. Aquí ha fallado el acompañamiento de quienes sí saben a donde llegar. Otro obstáculo se da cuando la persona se abandona por la falta de determinación a emprender lo recomendado dadas las circunstancias. No siempre es agradable seguir las indicaciones de los expertos, pero el convencimiento personal a lograr lo indicado es el factor clave. También en este caso, val...