iAdéntrate en el mar! es la frase que ha convencido a muchos a cambiar de vida
No te quedes en la playa con la barriga al sol. No está mal, pero delante de ti hay muchos cuya vida dista del camino y su sendero depende de tu acompañamiento con el ejemplo y la palabra. Puedes vivir como quieras, pero síguelo a Él. Adentrarse en el mar tiene sus riesgos, sin duda. Pero estamos seguros si ponemos en Jesús nuestra confianza. Entonces todos nuestros miedos, aun justificados, se abandonan sin perturbar el alma. Como en el episodio de la barca en Genezaret, Jesús duerme de verdad; no se hace el dormido. La fatiga del día le ha rendido. Pero lo importante no son las olas ni la tormenta suscitada en el lago. Lo decisivo es que Jesús está a nuestro lado. Es decir, parece algo natural que en ese trozo de mar ocurran estas cosas. Así ocurre en la vida, en la de cada uno. Nada sucede en un descuido de Jesús. Todo se ha previsto "antes de la constitución del mundo". Para seguir a Jesús hay que mojarse echando las redes en el mar, muchas veces agitad...