A veces se nos olvida que lo santos vivieron ---y viven--- en la tierra


Unos,  menos; otros, más tiempo. Pero todos los santos pasaron por esta tierra. Tenemos a unos niños todavía, casi contemporáneos nuestros, los hermanos Francisco y Jacinta, ya han sido canonizados. Vivieron una vida normal, hijos de campesinos portugueses, ayudando a sus padres cuidando ovejas.

Santo Domingo Savio, discípulo de san Juan Bosco, con apenas quince años, es otro caso de juventud en los altares. Ahora se suma a esta lista Carlo Acutis, un estudiante italiano, nacido en Londres, aficionado a las redes sociales, y con tan sólo 15 años, ya ha sido declarado beato en su rápida carrera de la santidad.

No faltan los santos de más edad en todas las épocas, san Ignacio de Antioquía, san Jerónimo, san Felipe Neri, y un largo etcétera.

Pero el punto a destacar aquí es el de los santos, conocidos de siempre por todos: María y José, por no citar a su prima santa Isabel, al anciano Simeón  y a santa Ana, servidora en el Templo de Jerusalén.

Pero fijémonos en los padres de Jesús, María y José. ¿Qué cosas extraordinarias realizó en su vida para merecer ser la reina de todos los santos? ¿Y san José, de quien no salió una sola palabra de su boca para quedar plasmada en los Evangelios?

María da a luz en un establo sin haberlo planeado de esta manera. No hay registrada queja alguna en este contratiempo. A su regreso de Egipto, a donde huyó con su marido y el niño recién nacido, se van a vivir a un pueblo de Galilea, Nazaret, cuya localización no aparece en los mapas de su tiempo. Cuida a la familia, cocina, va a la fuente para lavar y proveerse de agua, limpia la casa, y convive con los habitantes del lugar durante treinta años, para acompañar después a su hijo tres años más por los caminos de Israel. ¿Extraordinario? No destacaría por encima de las mujeres de su tiempo. Es de aquí de donde deberíamos sacar la inspiración para nuestra vida, junto al esposo fiel, José, trabajador "artesano" en medio de un prolongado "silencio" lleno de dedicación y amor a su familia.

¿Qué hicieron estos personajes, que nosotros no podamos imitar? 





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