"No hay sitio para Dios en el universo": Michel Mayor, premio Nobel de Física, 2019
Decir que "no hay sitio para Dios en el universo , si viene de un premio Nobel de Física como Michel Mayor, da mucho para pensar, sobre todo, porque Dios no ocupa lugar y, sin embargo, lo llena todo.
En sus diferentes intervenciones después de hacerse público la recepción de este singular premio, en buena parte debido a las preguntas de los periodistas, se ha pronunciado sobre la gran probabilidad de que haya vida en algún punto punto del universo, donde él mismo ha descubierto más de 300 exoplanetas.
Este físico se pronuncia sobre lo que no tiene autoridad alguna: la presencia de la vida en otras latitudes. Mientras la física, al centrarse esencialmente en el estudio de los sólidos de diversos grados, desde minerales hasta gases, se desentiende entonces de todas las formas de vida terrestre y extra terrestre. Sin embargo, la fama, quizá, lleva a borrar esas fronteras entre lo inmaterial y lo material.
Pero tal vez ande rondando por ahí otro asunto no menor, culpable de enredar y confundir las mentes más brillantes: se trata del principio de la evolución. Las especies no han sido creadas, dice este principio, independientemente de las otras. Hay una continuidad de orden que se lleva al extremo de que sea una continuidad de origen. Este principio entonces, aboga por esa capacidad de origen donde lo inferior es capaz de engendrar mecánicamente lo superior ---lo que nos remite al terreno de lo absurdo.
Es aquí en donde la ausencia de Dios en la creación y en la vida, permite a cualquiera, aunque sea físico, dilucidar sin más sobre la aparición de las cosas en el universo, y sin teología ni biología, pronunciarse sobre el Creador y sobre la creación animada, basado únicamente en lo inanimado.
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