Celebrar en paz un campeonato
Vivir en paz. Puede parecer un deseo venido de otro mundo. Vemos con frecuencia cómo las finales de un torneo deportivo pueden convertirse en un campo de batalla y algunas celebraciones acabar como el "rosario de la aurora", a golpes. Se pierde de vista la alegría natural de una fiesta debido a la pasión y al embotamiento de los sentidos debido a la desmesurada ingesta de alcohol y otras substancias alucinógenas. Es una pena advertir cómo desde los primeros años de escolaridad, los niños se agreden por naderías en los planteles educativos y nadie, compañeros o maestros, parecen ser capaces de frenar estas manifestaciones violentas. Todo parece indica que la violencia actual del mundo, de la calle, se cuela en todos los ambientes, aun en los más sagrados, con el fin de perpetrar actos vandálicos en imágenes y retablos y sacrilegios y profanaciones en lo más sagrado de los recintos religiosos donde a nadie se le obliga a entrar, y sólo el odio a la ...