Desorden mundial: desabasto de niños, de mercancías, de transporte
¿Qué más nos falta? Hace unos años, a la firma estadounidense Procter and Gamble se le ocurrió colaborar en un programa de control natal en la isla de Puerto Rico para frenar la elevada tasa reproductiva entre las mujeres más pobres. La elevada tasa de natalidad y la pobreza no se podían tolerar y, la heredera de la firma de fabricar jabones, Clarence Gamble, se abocó a la producción de anticonceptivos, una pauta iniciada por la socialista radical Margaret Sanger (1883-1996) con la ayuda del biólogo Gregory Pinkus. El éxito de esta práctica entre las mujeres portorriqueñas se extendió en los tiempos de Kissinger (años sesenta) a otras naciones (México, Brasil, Nigeria) como una forma de controlar el amenazante crecimiento de la población sin tener que usar las armas. Al llegar a este punto, las mujeres de los países más adelantados económicamente se dijeron por qué ellas no podían usar la píldoras anticonc...