Hoy, un segundo más
Una vida puede cambiar en un segundo. Los griegos incluían este ingrediente del "cambio de fortuna" en la trama de las obras de teatro, para mantener así la atención del público, con sorpresas verosímiles. En efecto, son miles las cosas que dependen de un segundo. Y este día de hoy, para ajustarnos a la marcha de los astros, en la que estamos inmersos, cambiamos, no la velocidad de la tierra, que no podemos, sino el tiempo. Tendremos un segundo más. Un amigo, cuya esposa había fallecido hace ya nueve meses, me decía en confidencia, "si tuviera sólo un segundo más para dar un último abrazo a mi mujer". Se puede pedir perdón a alguien a quien hemos ofendido, se pueda dar un sí a un compromiso que ata de por vida, se puede romper una marca en atletismo, se puede decirle a ése, precisamente, aquello que afea su conducta aunque sabemos que le va a doler, se puede acabar bien la obra comenzada, y se puede decir un no rotundo a lo que jamás debería admi...