Pero, ¿qué es lo esencial?
Jean Guitton, muy a su manera, nos dice que "lo esencial es el lugar de lo que, en una verdad, es temido". Esto se suele ver claro a la hora de encararse con la vocación . La vocación es una "llamada". Cuando es Dios quien llama, la gente se pone a temblar, se escapa de donde está para ocultarse de la voz interior que le marca el camino a seguir en la vida y se resiste pretendiendo que no pasa nada. Así se cuenta en la vida de algunos profetas del Antiguo Testamento, Amós por ejemplo, y el Buen Ladrón, san Agustín, santa María Egipcíaca, santa Margarita de Cortona. San Agustín decía: Dame, Señor, castidad de vida, pero no ahora. Hay una gran lista, sin contar las vidas de personajes contemporáneos de nuestro entorno, cuyo tránsito por este mundo ha recalado en todos lo imaginable antes de entregarse a la voluntad de Dios. Lo esencial está en un pero . La diferencia entre el más santo y el más vil es la de un papel de fumar: ninguno somos "digno",...