Vacaciones: playas abarrotadas; ¿y el necesario silencio?
Junto a un rincón de playa veraniega. El mundo anda de cabeza. Los media así lo presentan día con día. Como consecuencia, algunos, muchos, así lo perciben. Quizá porque su situación personal, su conciencia, están embotados. Casi ni respirar se puede. Se debe busca un respiro. La conducta de muchos consiste alrededor de estos días, en satisfacer sus deseos del corazón. Playa, tostarse al sol junto a miles más, comer, beber, alargar el día hasta bien entrada la noche, para volver a empezar al día siguiente. Pero el respiro demandado por la conciencia no surge en esas concentraciones. La persona en esas condiciones, busca reposo, si bien es imposible ese descanso para el alma en esas condiciones, Decir algo contrario a esta tendencia tan extendida, sonaría a la demencia de un aguafiestas. Pero el gran maestro y doctor de la Iglesia, san Juan de la Cruz, nos avisa contra ese desmayo de la voluntad a la hora de hacer el bien querido, porque exige la perfección , al per...