Tres padres: ¿Avanza la ciencia?
Si lo que antes se podía hacer entre dos ahora se necesitan tres, en toda tierra de garbanzos se ha dado un paso atrás. La prevención de enfermedades, el deseo de unos padres que no podían concebir, la utilización del embrión para curar a otros pacientes que no sobrevivirían por sus medios, todo, todo esto, es aplicar en la práctica un principio que moralmente es inaceptable: el fin justifica los medios. Lo peor de todo este despliegue es que quienes así obran y quienes lo aprueban ya lo saben. No pretendemos enseñarles nada nuevo. El incrédulo no es quien encuentra dificultades insuperables para afirmar lo que no enseña la fe; no, el incrédulo es quien no quiere creer. Por eso, la falta radica en la voluntad, no en la inteligencia. La oposición de la Iglesia a los avances de la ciencia es nulo. Se ha explotado el caso de Galileo hasta la saciedad, y ni siquiera conoce quienes lo usan como signo de intransigencia secular de qué se trataba. Ahora, ...